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Los viajes de empresa pueden ser una valiosa herramienta para mejorar relaciones, tomar decisiones clave o reforzar equipos. Pero mal gestionados, también pueden convertirse en una fuente de gasto innecesario, pérdida de tiempo y frustración para quienes los realizan. A continuación, repasamos algunos de los errores más comunes que todavía se cometen en muchas organizaciones… y cómo evitarlos.
1. No definir objetivos claros para cada viaje
Hay desplazamientos que se aprueban por inercia. Reuniones que podrían haberse resuelto de otro modo. Eventos sin un papel definido. Sin un objetivo claro, es difícil evaluar si un viaje ha tenido sentido.
📌 Antes de reservar nada, conviene preguntarse: ¿qué esperamos conseguir con este viaje?
2. Planificar con poco margen
Organizar viajes a última hora encarece costes, reduce opciones de transporte y alojamiento, y eleva el nivel de estrés.
📌 Una buena planificación permite negociar mejores condiciones y diseñar itinerarios más eficientes.
3. Ignorar la experiencia del viajero
Viajar por trabajo no debería implicar jornadas maratonianas, escalas absurdas o alojamientos mal ubicados. Todo eso tiene un impacto directo en la fatiga y en el rendimiento.
📌 Cuidar los detalles del viaje es también cuidar la productividad de quien lo realiza.
4. Mantener políticas internas desactualizadas
Muchas empresas operan con normas vagas o contradictorias sobre viajes. ¿Qué se cubre? ¿Cómo se gestiona? ¿Quién aprueba?
📌 Contar con una política clara, revisada al menos una vez al año, reduce errores y malentendidos.
5. No prever posibles incidencias durante el viaje
Retrasos, cancelaciones, cambios de agenda… Los imprevistos son parte habitual de cualquier desplazamiento. Cuando no hay margen de reacción o nadie que pueda intervenir, el problema se multiplica.
📌 Contar con apoyo profesional durante el viaje permite gestionar incidencias con rapidez y minimizar su impacto. No es solo una cuestión de comodidad: es una garantía de continuidad.
6. No evaluar resultados
Una vez terminado el viaje, ¿qué cambió? ¿Qué impacto tuvo? Si no se mide, no se mejora.
📌 El retorno puede ser económico, relacional, estratégico… pero debe poder analizarse.
7. No contar con apoyo profesional
La improvisación o la gestión interna por acumulación de tareas suele salir cara. Y no solo en dinero.
📌 Trabajar con profesionales especializados permite alinear la planificación con los objetivos reales de la empresa.
En resumen: optimizar los viajes de empresa no es solo una cuestión de ahorro. Es una cuestión de enfoque. De conectar cada desplazamiento con un propósito claro, de cuidar a quienes lo realizan y de evaluar si realmente se está generando valor.
Definir el porqué de cada viaje corresponde a la empresa. Delegar el cómo en una agencia especializada no solo aligera el trabajo interno, sino que garantiza eficacia y un enfoque profesional.
En ExtremaSensación, aportamos ese conocimiento operativo para que cada desplazamiento cumpla su función sin generar carga adicional para tu equipo.