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Cada junio, Zafra se transforma. Las plazas se llenan de mercaderes, se colocan pendones y toldos, y los trajes del Siglo de Oro vuelven a las calles. Así comienza la Fiesta de la Luna al Fuego, una celebración declarada Fiesta de Interés Turístico Regional que evoca el pasado histórico de la ciudad y recupera costumbres ligadas a la cultura popular y al mundo ganadero.
Se celebra entre el Corpus y la noche de San Juan, un periodo que da nombre a la fiesta: “De la Luna al Fuego”. Durante varios días, la ciudad acoge teatro, música, mercado antiguo, animación callejera y torneos de ajedrez, con una participación constante de colectivos locales.
Zafra es la ciudad natal de Ruy López de Segura, considerado uno de los padres del ajedrez moderno. Fue clérigo, humanista y autor del Libro de la invención liberal y arte del juego del ajedrez (1561), uno de los primeros tratados técnicos sobre el juego en Europa. Su nombre está ligado a la famosa apertura española, aún vigente en la práctica profesional.
Durante la fiesta, se rinde homenaje a esta figura con partidas teatralizadas, exhibiciones, torneos y otras actividades abiertas al público. También se puede visitar el Rincón de Ruy López, un espacio urbano dedicado al ajedrez que forma parte del día a día de la ciudad.
Mojá de la Vara y costumbres recuperadas
La Mojá de la Vara es uno de los momentos más singulares de la fiesta. De origen ganadero, se basa en la costumbre de mojar varas de caña la noche de San Juan para atraer la suerte en los tratos. Su práctica, asociada históricamente a tratantes de etnia gitana, se mantiene como acto simbólico dentro del programa oficial, acompañado de música y encuentro vecinal.
Historia, arquitectura y vida cotidiana
Zafra conserva un patrimonio notable. El Alcázar de los Duques de Feria, la Colegiata, los conventos, las plazas porticadas y las casas con escudos familiares muestran el peso que tuvo la ciudad en la historia del sur de Extremadura. Durante la fiesta, muchos de estos espacios se integran en la programación y sirven de escenario natural.
La ciudad puede recorrerse con calma, sin necesidad de grandes desplazamientos, y cuenta con buena oferta cultural, comercio local y espacios de descanso bien cuidados.
Comer en Zafra
Zafra se ubica en una de las principales zonas productoras de cerdo ibérico. Las dehesas que rodean la ciudad marcan su cocina, centrada en embutidos, jamón y cortes como la presa, la pluma o el secreto, habituales en muchas cartas. Se preparan platos como caldereta de cordero, migas o sopas doradas, siguiendo recetas tradicionales.
También hay restaurantes que apuestan por una cocina más creativa, con propuestas que parten del producto local y lo trabajan desde otros enfoques.
No faltan los quesos artesanos de la zona, ni la repostería conventual. Los vinos de la comarca de Matanegra —subzona de la D.O. Ribera del Guadiana— completan la mesa con tintos y blancos de producción cercana.
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